El sargento Sánchez
• Un agente retirado de la Guardia Urbana, de 83 años, reconoce a su padre entre los Mossos detenidos que el fotógrafo retrató en 1934
• Un agente retirado de la Guardia Urbana, de 83 años, reconoce a su padre entre los Mossos detenidos que el fotógrafo retrató en 1934
Josep Sánchez, ayer, con una imagen de su padre.
Francisco Sánchez, fotografiado por Centelles. MÁS INFORMACIÓN
Exposiciones en París y México difundirán la obra de Centelles
E. A.
BARCELONA
Un veterano jubilado de la Guardia Urbana de Barcelona, Josep Sánchez, nieto, padre y abuelo de policías municipales, se encontró el martes cara a cara con su padre en una fotografía inédita de Agustí Centelles publicada en EL PERIÓDICO. En la imagen, los Mossos, escoltados por la Guardia Civil, marchan por la Via Laietana tras rendir el Palau de la Generalitat en octubre de 1934. Josep Sánchez reconoció al momento a uno de ellos: el sargento de los Mossos Francisco Sánchez, su padre. Nunca había visto esa fotografía, aunque cedió a la brigada de Patrimonio del cuerpo recortes de prensa similares.
Josep Sánchez tenía entonces 9 años (hoy, 83) y conserva algunos recuerdos. La detención de los Mossos en el barco prisión Uruguay duró "una semana, o así". Su padre, que escondió su pistola en una cisterna para no tener que entregarla, estuvo al mando de una ametralladora en la calle del Bisbe después de que Companys proclamase el Estat Català. Pero frente a los cañonazos del Ejército --que amputaron la pierna a otro sargento-- no tenían ninguna posibilidad.
Josep Sánchez recuerda también el tiempo que su padre pasó al frente del destacamento de Vallvidrera y la detención de un ladrón enorme apodado --no hay nada nuevo bajo el sol-- El solitario. En otra triste marcha de los Mossos también estuvo su padre: en 1939, acompañando a Companys hasta la frontera. "Les dijo, 'esperad un momento, que vengo a por vosotros'. Pero los que vinieron fueron los gendarmes y acabaron en el campo de concentración".
"Me hice falangista para sacarlo de la prisión", explica. Entró en la Guardia Urbana en 1949 y más tarde le ofrecieron entrar en los ornamentales Mossos del franquismo. "Mi padre acabó de pintor. Se negó a entrar como ujier en la Diputación tras haber sido sargento. Y yo no podía vestir ese uniforme que a él no le dejaban recuperar".
• Un agente retirado de la Guardia Urbana, de 83 años, reconoce a su padre entre los Mossos detenidos que el fotógrafo retrató en 1934
• Un agente retirado de la Guardia Urbana, de 83 años, reconoce a su padre entre los Mossos detenidos que el fotógrafo retrató en 1934
Josep Sánchez, ayer, con una imagen de su padre.
Francisco Sánchez, fotografiado por Centelles. MÁS INFORMACIÓN
Exposiciones en París y México difundirán la obra de Centelles
E. A.
BARCELONA
Un veterano jubilado de la Guardia Urbana de Barcelona, Josep Sánchez, nieto, padre y abuelo de policías municipales, se encontró el martes cara a cara con su padre en una fotografía inédita de Agustí Centelles publicada en EL PERIÓDICO. En la imagen, los Mossos, escoltados por la Guardia Civil, marchan por la Via Laietana tras rendir el Palau de la Generalitat en octubre de 1934. Josep Sánchez reconoció al momento a uno de ellos: el sargento de los Mossos Francisco Sánchez, su padre. Nunca había visto esa fotografía, aunque cedió a la brigada de Patrimonio del cuerpo recortes de prensa similares.
Josep Sánchez tenía entonces 9 años (hoy, 83) y conserva algunos recuerdos. La detención de los Mossos en el barco prisión Uruguay duró "una semana, o así". Su padre, que escondió su pistola en una cisterna para no tener que entregarla, estuvo al mando de una ametralladora en la calle del Bisbe después de que Companys proclamase el Estat Català. Pero frente a los cañonazos del Ejército --que amputaron la pierna a otro sargento-- no tenían ninguna posibilidad.
Josep Sánchez recuerda también el tiempo que su padre pasó al frente del destacamento de Vallvidrera y la detención de un ladrón enorme apodado --no hay nada nuevo bajo el sol-- El solitario. En otra triste marcha de los Mossos también estuvo su padre: en 1939, acompañando a Companys hasta la frontera. "Les dijo, 'esperad un momento, que vengo a por vosotros'. Pero los que vinieron fueron los gendarmes y acabaron en el campo de concentración".
"Me hice falangista para sacarlo de la prisión", explica. Entró en la Guardia Urbana en 1949 y más tarde le ofrecieron entrar en los ornamentales Mossos del franquismo. "Mi padre acabó de pintor. Se negó a entrar como ujier en la Diputación tras haber sido sargento. Y yo no podía vestir ese uniforme que a él no le dejaban recuperar".